A estas alturas ya tenemos más que claro que para acceder a un puesto de trabajo hay que contar con unos conocimientos técnicos adecuados y, por tanto, acreditados a través de una formación reglada. Puede ser un grado universitario, un máster, un grado de formación profesional o la educación básica. Sin embargo, en los últimos tiempos ya son muchas las empresas que se fijan en otra faceta tan importante como la formación técnica cuando entrevistan a un candidato. Nos referimos a las soft skills o habilidades blandas: cualidades personales que hacen a las personas óptimas para un puesto de trabajo.
Pero, ¿en qué consisten exactamente? En realidad poco tienen que ver con la profesión en sí misma: conocer un lenguaje de programación, saber qué partes tiene una nómina o tener claros los artículos de una ley que utilizamos a menudo. Las habilidades están directamente vinculadas a los rasgos de la personalidad y, en definitiva, a todo aquello que no se puede cuantificar, pero que está presente en la manera de pensar, actuar y trabajar de una persona.
Todo apunta a que 2022 tampoco será un año corriente. Aunque parece que nos hemos alejado de la profunda crisis que nos sacudió en 2020, está claro que el mundo ya no es el que era. A todos se nos ha exigido una adaptación prácticamente exprés a las nuevas circunstancias. De ahí que muchas empresas tengan claro que a la hora de contratar talento nuevo sea necesario poner la lupa en las habilidades de los candidatos. En los próximos doce meses, algunas seguirán siendo imprescindibles…
Empatía
En los departamentos de Recursos Humanos la empatía es una habilidad que hay que entrenar a conciencia, especialmente en un momento en el que nos vemos obligados a escuchar, entender y comprender situaciones de manera individualizada. La empatía es una habilidad que no solo es imprescindible para la vida: ahora se demanda especialmente a los altos directivos, que deben ser capaces de conectar (ahora más que nunca) con su gente. Saber escuchar (y hacerlo de manera activa, es decir, real y efectiva), intentar entender a los demás para tomar las decisiones más adecuadas será clave en cualquier posición de la empresa. Al mismo tiempo, las personas deben entrenar otra habilidad que les vendrá bien en todas las facetas de su vida y su profesión: la asertividad. Sin ella no seríamos capaces de expresar nuestras ideas, deseos y oposiciones, haciéndolo además con respeto y seguridad.
Análisis
Bien sabes a estas alturas que vivimos en la era de los datos. Todos los días nos enfrentamos al reto de gestionar grandes cantidades de información. Y aunque los datos por sí mismos no valen nada, sabemos que debidamente organizados y gestionados, pueden otorgarnos grandes poderes de decisión. Es cierto que hay herramientas que pueden ayudarnos, pero saber utilizarlas técnicamente no es lo único que necesitamos para dominar el análisis. Conviene entrenar la observación y la toma de decisiones en base a los datos que tengamos sobre la mesa. De este modo, si los profesionales que trabajan con nosotros saben seleccionar la información más importante y separar el grano de la paja, habremos ganado mucho.
Digitalización
No podemos hablar de 2020 sin mencionar la digitalización. Y, por supuesto, tampoco podemos encarar la década que vendrá – y en la que ya estamos inmersos – sin plantearnos este extremo. Las personas que formen parte de nuestro equipo tienen que haberse subido ya al tren de la digitalización. La pandemia terminó dando un gran empujón a todas las empresas que habían iniciado el proceso o que todavía estaban en pañales en cuanto a herramientas digitales. Este es el turno de las personas. Terminar de hacer clic y adaptarnos a un mundo que ya no dará ningún paso atrás es imprescindible. Desde Recursos Humanos podemos contribuir muy poderosamente a seguir desarrollando estas habilidades, que no tienen que ver únicamente con el teletrabajo, las videollamadas o los documentos compartidos. Simplificar y avanzar en todos los frentes también pasa por soluciones como las que nos ofrece Woffu para la plena digitalización de nuestra empresa.
Creatividad
Los nuevos problemas exigen soluciones creativas. La creatividad es la capacidad de encontrar soluciones originales a problemas que nos han asaltado por el camino. Una persona con habilidades creativas está preparada para enfrentarse a cualquier reto, puesto que por complejo que sea, al fin y al cabo sabrá encontrar una solución, herramienta y sistema para resolverlo y conseguir que tanto el equipo como la empresa salgan airosos por el camino. Al mismo tiempo, estarán proporcionando al cliente aquello que necesita y lo habrán hecho previamente a un triple salto mortal creativo. Y sin despeinarse (o casi). La creatividad, además, es la pimienta de nuestros días: una organización sin retos ni personas creativas está condenada a pasarse al gris.
Formación
Terminamos con una última habilidad, que no es habilidad como tal, pero que resulta imprescindible para activar la maquinaria de las hard skills y soft skills a la vez. Es la voluntad de seguir formándose: aprender cosas nuevas, desarrollar destrezas y entrenar aquellas habilidades en las que cojeamos. Solo de este modo podremos adaptarnos al mundo laboral y a las demandas o tendencias que nos exija el mercado y el contexto. El paso de este huracán llamado pandemia nos deja, como mínimo, un par de aprendizajes:
- El primero y más importante: que si seguimos aquí es porque hemos sido capaces de adaptarnos al reto y que nuestras habilidades y aprendizajes nos han permitido continuar adelante.
- La segunda: que en un entorno como este cualquier cosa puede volver a ocurrir. Y entonces tendremos que estar preparados de nuevo. Seguir entrenando y desarrollando habilidades, pues, seguirá siendo clave.