Una cosa está clara: a lo largo de los últimos años, la manera en que las empresas gestionan a su gente ha cambiado considerablemente. Durante mucho tiempo, las organizaciones han trabajado – y muchas de ellas todavía siguen haciéndolo – en base a un modelo por objetivos. Sin embargo, a lo largo de estos años, esta formula ha quedado desactualizada y un nuevo modelo se ha ido desplegando para dar respuesta a las nuevas necesidades de las personas y organizaciones. Estamos hablando, claro está, de la gestión por competencias.
Pero, ¿qué es exactamente y en qué consiste? ¿Qué ventajas nos ofrece la gestión por competencias comparada con la gestión por objetivos? Veámoslo al detalle.
La gestión por competencias: las personas en el centro
La gestión por competencias es un sistema que cada vez adoptan más organizaciones. En todas ellas se tiene en cuenta algo muy importante, diríamos que fundamental para cualquier empresa que se precie. Estamos pensando en las personas. El desarrollo y el compromiso de los trabajadores es el motor que mueve cualquier proyecto, de modo que avanzar sin tener en cuenta cómo se sienten, cuáles son sus habilidades, competencias y talones de Aquiles es avanzar a ciegas y, por tanto, hacerlo sin unos objetivos claros.
En la gestión por competencias, pues, lo que hay que hacer es identificar cuáles son las habilidades que una persona, en este caso el empleado, necesita para conseguir los objetivos marcados, dentro de su puesto. Esas habilidades son las que, posteriormente, deben ajustarse y alinearse a los objetivos que a corto y medio plazo tenga la organización.
¿Por qué es más útil para los empleados la gestión por competencias?
Pues porque se pone el foco en el cómo, para avanzar luego en el por qué. Es decir, en lugar de plantear únicamente las metas a los empleados, lo que se hace a través de la gestión por competencias es indicar y definir cuáles son aquellas habilidades y competencias que se esperan de ellos. Estas tienen que vincularse, lógicamente, a los objetivos esperados, para que de este modo los empleados sean capaces de desarrollarse y crecer a medida que avanzan en la consolidación de sus metas, y lógicamente, las de la empresa.
Esto es muy beneficioso para los empleados, porque a su alcance tendrán todo aquello que necesitan para potenciar sus habilidades y mejorar aquellas en las que cojean. Sentirán que progresan al mismo tiempo que lo hace la empresa. Pero esto no es todo. Porque estos beneficios redundarán en la organización, que conseguirá progresivamente empleados con más habilidades y conocimientos, con un buen sentimiento de pertenencia y la certeza de ser valorados y acompañados en su carrera profesional.
¿Qué ventajas ofrece la gestión por competencias?
Una de las ventajas más claras de aplicar la gestión por competencias es el refuerzo instantáneo de la estrategia de employer branding de la empresa, que está caminando de forma pareja con sus trabajadores. Detrás de esta enorme ventaja, encontramos otras, que son las siguientes:
Un mejor ajuste de los empleados y sus posiciones
También para la contratación de nuevos empleados. Al identificar las habilidades necesarias, desde RRHH tendremos mucho más claro cuáles son los candidatos qué buscamos y qué destrezas debemos encontrar en ellos.
Un plus para la retención de talento
Mediante la gestión por competencias estamos ofreciendo a los empleados la posibilidad de mejorar dentro de la misma organización, entrenando sus habilidades o adquiriendo nuevos conocimientos. Y esto siempre es un win-win para las dos partes. La empresa consigue seguir contando con el talento que más quiere y los empleados ven correspondido su esfuerzo y se sienten valorados dentro de la organización.
Mejora la productividad
Los proyectos tienen al frente a profesionales que realmente están preparados. Que cuentan con las habilidades y conocimientos necesarios para afrontarlos y, por tanto, suele incrementarse la productividad y se reduce la aparición de dificultades asociadas al desconocimiento o la falta de experiencia.
Concluyendo, está claro que la gestión por competencias es un modelo de presente y de futuro, en el que las empresas deberían depositar toda su fe y dedicación. Con ello, no solo conseguimos que salgan adelante nuestros proyectos, sino que vamos poniendo los ladrillos necesarios para construir un equipo de personas más preparadas, resilientes y expertas. ¿Merece o no merece la pena intentarlo?