La inactividad física causa estragos en la salud de las personas. De hecho, se trata de un problema de salud de alcance mundial. Y no exageramos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 60 % de la población mundial tiene un estilo de vida sedentario, lo que significa que no realiza toda la actividad física necesaria que sería beneficiosa para su salud.
El deporte, en cualquiera de sus intensidades y modalidades, ayuda a reducir el riesgo de hipertensión, cardiopatía, accidente cerebrovascular, diabetes, cáncer o depresión. Nos sirve para evitar caídas (que se dan en más ocasiones de las que podemos llegar a imaginar) y mejorar la salud ósea y funcional. Es, por último, un factor clave en el gasto energético, de modo que contribuye al equilibrio calórico y al control de peso.
El teletrabajo nos trajo muchos beneficios, pero también ha agravado el sedentarismo. Anteriormente, al menos teníamos que desplazarnos al trabajo. Y esto nos obligaba a poner en marcha una serie de rutinas que nos movilizaban físicamente. Salir a la calle, andar, ir en bicicleta, subir escaleras e incluso correr para pillar el bus en la parada o cruzar el semáforo en verde.
La OMS señala como población de alto riesgo por sedentarismo a jóvenes, mujeres y adultos mayores, de modo que, si antes ya era importante desarrollar desde la empresa buenos hábitos en relación al bienestar y la actividad física, ahora más que nunca conviene ponerse manos a la obra y tomar la iniciativa.
La salud es lo primero: un proyecto en marcha
Solemos decir que la salud es lo primero, pero ¿hacemos todo lo posible para darle prioridad? Lo cierto es que muchas veces se nos olvida que lo más importante es cuidarnos y cuidar de nuestra gente. Son muchas las empresas que se han dado cuenta que deben poner en marcha programas de bienestar, tanto físico como emocional.
Una de vuestras prioridades puede ser, en 2021, la de iniciar un proyecto que os ayude a mejorar la salud física y emocional de las personas. Una buena manera de hacerlo es invitando a vuestra gente, no solo a hacer ejercicio físico, sino a reconocer, expresar y cuidar de su bienestar físico y mental, sus emociones y su alimentación.
Comunicarnos más y mejor con nuestra gente
Para empezar, es fundamental que tengáis herramientas para estar en contacto con las personas que trabajan en la empresa y comunicarles todo lo relacionado con vuestros programas de wellness (salud y deporte) en la organización. Muchas empresas ya han empezado a trabajar en el derecho a la desconexión digital que se incluye en la RD-Ley 28/2020, de 22 de septiembre, de trabajo a distancia, pero que ya estaba recogido en la Ley Orgánica de Protección de Datos Personales.
A los programas ideados con este fin hay que añadir otras iniciativas complementarias, como el envío de comunicaciones que recuerden a nuestra gente la importancia de desconectar fuera del horario laboral o durante las vacaciones. Podemos proporcionarles, además, recordatorios y pautas acerca de buenas prácticas en el teletrabajo, que contribuyan a la concentración, la productividad y el bienestar físico.
Programas específicos para hacer deporte
¿Y si pudiéramos hacer más por nuestra gente? Hay empresas que se dedican a ayudar a otras a poner en marcha programas específicos para fomentar el deporte en las organizaciones, desde sus páginas y aplicaciones. A través de estas se pueden iniciar retos deportivos (a veces, incluso solidarios, para fomentar todavía más la cooperación de todo el mundo), participar en rankings con el resto de compañeros e incluso recibir consejos de expertos para cuidarse.
¿Os habéis puesto ya en marcha? ¿Qué retos os habéis puesto por delante este año?