La palabra despido puede ser muy incómoda para algunos. Eso está claro. Una primera etapa «de duelo» atrapa los sentimientos del trabajador: inseguridad, fracaso laboral, incertidumbre. Pero una vez superada (esperemos que más pronto que tarde), el despido debe aprovecharse para aprender sobre las relaciones laborales y apuntar a un giro laboral prometedor.

El despido seguirá formando parte de nuestras vidas, de modo que lo más inteligente es que, aunque se trate de una solución dolorosa para el afectado y de un mal trago para la empresa (especialmente para aquellos que se encargan de comunicar la decisión y facilitar la salida), aprendamos a gestionarlo con inteligencia.

¿El objetivo? Normalizar aquello que sabemos que puede suceder en el seno de una organización y, por otro lado, conseguir que, sea la circunstancia que sea la que haya motivado la decisión, el empleado se marche vislumbrando un horizonte en positivo. El outplacement será una de las claves. Desde Woffu pensamos que gestionar bien este proceso desde la empresa es poner un ladrillo para empezar a derribar el tabú del despido. Es cerrar una puerta a alguien, pero abrirle otra nosotros mismos. ¿Lo hacemos?

Comunicar

Un despido puede producirse por múltiples circunstancias y todas y cada una de ellas pueden afectar de distinto modo al empleado. Por ejemplo, puede que esa persona haya experimentado un descenso grave del rendimiento laboral porque atraviesa una situación personal delicada. Que haya cometido una falta grave, generado conflictos entre las personas de su equipo o haya incumplido de algún modo su contrato. A veces, el motivo del despido únicamente está en la necesidad de restructurar la plantilla o en algún cambio de orientación dentro de la empresa. Debemos ser conscientes de que cada caso debe gestionarse de manera personalizada. Realizar una planificación al detalle y organizar una reunión en privado para comunicar la decisión. Son primordiales la confidencialidad, la seguridad y la empatía. Que no se te olviden.

Anticiparse 

Anticiparse a la reacción que pueda producirse es clave para hacer de esta una situación llevadera para todos. Es imprescindible tener claro qué vamos a comunicar, sin dar rodeos, pero ofreciendo todo nuestro apoyo. Debemos ser conscientes del la razón de la decisión y tener en cuenta las particularidades, carácter y circunstancias personales de esa persona. No es lo mismo una persona de 45 años que sufre una reestructuración de plantilla y tiene que marcharse a casa sabiendo que le están esperando familia e hijos que una de 25 que está siendo despedida por haber abandonado sus responsabilidades. Las dos circunstancias pueden ser dolorosas, pero está claro que ante la primera, deberemos ser cuidadosos, anticiparnos a su más que probable reacción y poner en marcha desde ya la red de sustento que tengamos a nuestro alcance.

Comprender 

En aquello de anticiparse también está lo de comprender. La empatía es una habilidad clave en Recursos Humanos y este es uno de los momentos en la vida laboral de cualquier persona en la que más útil te resultará. La conversación que mantengas con el empleado para comunicarle la decisión que ha tomado la empresa no debe derivar en una discusión interminable, ni en una guerra de reproches. En este punto hay que añadir a la mezcla una enorme dosis de asertividad y agradecimiento por los servicios prestados durante todo este tiempo. Enzarzarse en una discusión sin fin solo alargará el mal trago a ambas partes y no conducirá a nada, porque la decisión del despido ya habrá sido tomada.

Ofrecer 

En los últimos años se han puesto en marcha las técnicas de outplacement empresarial, que se despliegan cuando el departamento de Recursos Humanos de una empresa toma la decisión de ayudar a la persona que acaba de despedir, aunque ya no esté vinculada a ella. Estamos hablando de apoyo psicológico, pero también de orientación para conseguir empleo en otra empresa, facilitar el autoempleo o el emprendimiento. Así, desde tu organización podéis desarrollar un pequeño colchón para ayudar a los empleados a analizar su experiencia, logros, habilidades y competencias, elaborar un currículum u ofrecer consejos para conectar con otros profesionales o empresas.

Aprender 

Haber llegado juntos hasta el final del proceso también es un logro importante para ti, que eres profesional de Recursos Humanos y tienes que enfrentarte al despido como una realidad en el día a día de tu empresa. Al final de este camino, habrá llegado el momento de analizar tu desempeño como profesional en una circunstancia tan adversa como es la del despido. ¿Cómo lo has hecho? ¿Qué emociones has experimentado? ¿En qué crees que puede mejorar la empresa para no volver a cometer los mismos errores?

Realizar este análisis os ayudará a mejorar la gestión del despido en futuras ocasiones y, tal vez, a empezar a derribar un tabú que no es otra cosa que un obstáculo para ayudar a las personas que durante un tiempo han formado parte de nuestro equipo.

Escrita por Laura Arreguín

People & Culture Expert Manager