La cultura de empresa, o cultura organizacional, nos habla muy gráficamente de cómo se trabaja en una empresa. Decimos gráficamente porque, aunque no se trata de una cosa tangible, es muy fácil conocer cuál es la cultura de empresa en una organización. Para capturar la foto fija de la cultura de empresa debemos observar cuáles son los comportamientos y sistemas de trabajo. Aunque lo más importante, para tomarle el pulso a una empresa, es hablar con sus empleados.

¿Qué piensan de la empresa en la que están trabajando? ¿Qué percepción tienen de sus líderes? ¿Cómo de comprometidos se sienten con el proyecto? ¿Han obtenido algún tipo de reconocimiento a su trabajo últimamente? ¿Se ven trabajando en la empresa dentro de cinco años? ¿Cómo tratan a sus clientes y colaboradores?

Podríamos hacer muchas más preguntas de este estilo y todas deberían aportarnos información sobre los sistemas formales y los comportamientos informales que convergen dentro de la organización. Con el estallido de la pandemia, muchas empresas han manifestado que una de sus grandes preocupaciones pasaba por conseguir mantener la cultura de empresa a pesar de no tener a todo su equipo concentrado en un mismo lugar.

La labor del departamento de Recursos Humanos ha sido y sigue siendo vital para garantizar la continuidad del trabajo hecho a la hora de fortalecer la cultura de empresa. Especialmente ahora, que el teletrabajo se ha implementado como fórmula fija y/o temporal para muchos empleados/as. Pero, ¿qué podemos hacer exactamente? A continuación, te damos cinco claves.

cultura de empresa

1. Valores reales y vividos

Muchas veces los valores con los que pretendemos fomentar la cultura de empresa no pasan de un listado que los nuevos empleados se leen nada más llegar, pero que ya no vuelven a revisarse jamás. Lo que de verdad debemos conseguir desde Recursos Humanos es hacer llegar a todos los empleados una reflexión profunda sobre los valores que queremos compartir y hacer nuestros como parte de nuestra cultura de empresa. Y hacerlo a menudo. Por ello, consideramos fundamental pensar nuevamente en valores que sean vividos y puedan identificarse y observarse a diario; que además puedan cambiar y renovarse a medida que la organización crece y evoluciona.

2. Reconocimiento y más reconocimiento

Una de las principales quejas que tienen los empleados acerca de sus jefes es la falta de reconocimiento. Este puede llegar de muchas formas a los empleados: a través de una nota, en una reunión informal o ante todo el equipo. Que todas las personas de la organización observen ese reconocimiento tendrá un impacto muy importante en ellas y, por supuesto, esto redundará en la cultura de empresa. Contrariamente a lo que podamos pensar, establecer un programa de reconocimiento dentro de la empresa contagia de positividad a todas las personas, quienes verán que, en efecto, todas están invitadas a brillar.

3. Comunicación y conexión

Te hemos hablado en infinidad de ocasiones sobre la importancia de establecer buenos canales de comunicación entre los equipos y las personas. Esta necesidad se ha hecho más patente durante los últimos dos años, a raíz de la implantación (más o menos generalizada) del teletrabajo. Pero la comunicación sigue siendo un valor cumbre, aun trabajando presencialmente. Desde Recursos Humanos tenemos la oportunidad (e incluso diríamos, el deber) de fomentar espacios en los que además de comunicarse, vuestra gente pueda conectar. Esto es, comprender, empatizar y conseguir todo el apoyo que necesitan para seguir con optimismo juntos y hacia delante.

4. Gestar la comunidad

Y hablando de empatía, comprensión y apoyo, vamos a por otra de las grandes acciones que debemos impulsar desde Recursos Humanos. Todos necesitamos sentirnos parte de algo (o de muchas cosas) para desarrollarnos como individuos. En la empresa sucede lo mismo. No hay cultura de empresa sin una comunidad de gente que conecte y se identifique con unos mismos valores. Seguramente tengáis que derribar algunos muros y tender puentes para que todas las personas puedan sentirse parte de esta comunidad. En este sentido, serán fundamentales los encuentros informales, las conferencias y eventos que podáis realizar dentro o fuera de la empresa.

5. Un lugar con alma para trabajar

¿Cómo es el lugar donde trabajáis? ¿Sabías que el espacio, su configuración y diseño pueden afectar de manera notable al modo en que las personas de la empresa se relacionan entre sí? El entorno de trabajo debe ser abierto y adaptarse a las necesidades de la organización, pero también a las personas. Una oficina gris, compartimentada, en la que la gente tiene pocos espacios de interacción fomenta, en esencia, el trabajo individualista y es poco propicia para generar buenos vínculos y conexiones. Lo mismo ocurre con la decoración: las nuevas generaciones buscan entornos agradables y bonitos, que inviten a la inspiración. Para ello, las oficinas deben haberse rediseñado y configurado con un elevado sentido estético.

¿Y qué pasa con los empleados que teletrabajan? En este caso, desde Recursos Humanos también podemos influir en el diseño de sus espacios de trabajo, aportando consejos y ofreciendo recursos para que sus oficinas en el hogar sean espacios que inviten a la inspiración y fomenten el espíritu productivo.

Y vosotros, ¿qué estáis haciendo para fortalecer vuestra cultura de empresa?

Escrita por Laura Arreguín

People & Culture Expert Manager