Para eso está, justamente, la figura del Chief Happiness Officer. Puede que ya hayas oído hablar sobre esta figura. O que esta sea tu primera vez. Sea como sea, lo que podemos garantizarte es que cuando conozcas todos sus beneficios, te darás cuenta de que tendrías que haberlo contratado ayer.
Un estudio de la consultora Mente y Vida (Creatia Business) asegura que nueve de cada diez españoles considera que siendo feliz en su trabajo, le resulta más fácil ser feliz en su vida personal. La estabilidad en el trabajo es, para muchas personas, uno de los puntales en los que se sustenta su felicidad y bienestar.
De ahí que cada vez sean más las empresas que tienen en cuenta este factor a la hora de diseñar estrategias de Recursos Humanos. Con ello quieren abundar en la felicidad de los trabajadores, pero lógicamente, también en aquello que tanto preocupa a las organizaciones: la productividad. ¿Te suena, verdad?
Empecemos por el principio, ¿qué es un Chief Happiness Officer?
De un primer vistazo te habrás dado cuenta de que este puesto de trabajo tiene algo que ver con un asunto tan complejo como es el de la felicidad. Así es. Un Chief Happiness Officer es lo que podríamos denominar un Director de la Felicidad. Él es el que se encarga de que el ambiente de trabajo sea óptimo y que, en la medida de lo posible, los empleados se sientan felices en sus puestos de trabajo, con sus atribuciones y sus respectivos equipos.
Entre sus tareas principales está realizar un profundo análisis cualitativo de la situación y de los niveles de felicidad o insatisfacción que hay entre los trabajadores y, lógicamente, en desarrollar estrategias que hagan felices a los empleados y que, por tanto, aumenten su fidelidad. A continuación, te contamos los motivos más importantes que te harán decantar por crear la figura de un Chief Happiness Officer en tu organización.
Profesionales de la felicidad, ¿cuándo hay que contar con ellos?
Que una empresa sea pequeña no significa que los problemas tengan la misma proporción. Puede que pienses que un Chief Happiness Officer solo tiene cabida en una gran multinacional, pero nada más lejos de la realidad. Algunas empresas ya están empezando a concienciarse sobre la importancia de cultivar y fomentar la felicidad de sus trabajadores, porque son numerosísimos los estudios que señalan el bienestar de los empleados como un factor directamente vinculado a la productividad.
Si bien es más fácil que una empresa grande tenga capacidad para contar con una figura como un director de felicidad, también existe la posibilidad de empezar a trabajar de una manera distinta desde el departamento de Recursos Humanos. De ahí que muchas empresas estén apostando por reciclar a las personas que trabajan en este área para dar un enfoque distinto a la manera de gestionar sus empleados.
Pero mucho ojo. El enfoque de la empresa debe ser cierto, en el sentido de que, contratar a un Chief Happiness Officer por estética puede ser absolutamente contraproducente. Lo mismo si intentamos poner en marcha nuevas estrategias para ganar felicidad entre nuestros empleados, pero no conseguimos hacerlo de una manera sincera.
Por eso es importante haber realizado antes un buen análisis, tener los objetivos claros y los pies sobre el suelo. Es la única manera, como dijo Antonio Machado, de tener una idea lo más aproximada posible de nuestra estatura.
¿No puede hacer lo mismo el equipo de RR.HH.?
Quizá desde el principio hayas pensado que los profesionales de RR.HH. puedan hacer perfectamente esta tarea. Seguramente pueden, porque tienen formación y habilidades para gestionar personas. Sin embargo, su misión dentro de la empresa es otra muy distinta, que a menudo les absorbe por completo.
Nos referimos, lógicamente, a resolver los problemas que se dan en la organización, la gestión de las vacaciones, la confección de nóminas, la resolución de conflictos o la contratación de nuevos profesionales.
El Chief Happiness Officer o Director de Felicidad, en cambio, solo debe dedicarse a eso: a velar para que las personas que trabajan en la empresa sean felices, se sientan escuchadas y puedan desarrollarse como profesionales y personas.
Las organizaciones que cuentan con un Director de Felicidad tienen muy claro que lo que realmente da valor a la empresa son las personas. Y esto pasa tanto por cultivar unas buenas relaciones personales, como por crear instalaciones cómodas y espacios, que en general, inviten al trabajo, a la creatividad e incluso a la salud, con iniciativas para comer mejor o salir a relajarse en momentos de tensión.
Un análisis profundo del estado actual de las cosas
Ya te hemos indicado que una de las principales responsabilidades de un Chief Happiness Officer (sobre todo al iniciar el proyecto) es la de analizar en profundidad cuál es el estado actual de las cosas en la empresa. Habitualmente, estos profesionales suelen estar formados en el ámbito de la Psicología y los Recursos Humanos, pero también deben destacar por sus dotes como analistas.
Para empezar a trabajar en la felicidad de los empleados, será necesario que antes hayan realizado un buen diagnóstico de qué es lo que ocurre. Esto permitirá, además de empezar a contribuir en el bienestar de los empleados, detectar problemas, puntos calientes y conflictos que de no haber realizado un análisis profundo, seguramente no habrían aflorado. Es importante aprovechar esta oportunidad para encontrar los puntos débiles del equipo y empezar a mejorarlos.
Más eficacia a la hora de resolver conflictos
Un problema no puede resolverse si antes no se ha efectuado un diagnóstico. No es extraño que en algunas empresas los conflictos y problemas terminen enquistándose por falta de tiempo y de ganas a la hora de abordar los conflictos.
Pero empezando por un buen análisis, un buen Chief Happiness Officer será capaz de detectar cuáles son las dificultades latentes y tendrá herramientas para resolverlas antes de que se produzcan males mayores, como que estas adversidades se conviertan en un verdadero obstáculo para el rendimiento de los empleados y la consecución de los proyectos más importantes.
Además, el hecho de ir resolviendo los problemas que van surgiendo sin demora y de aplicar estrategias y políticas en pro del bienestar – ¡y la felicidad! – de los empleados resultará útil para consolidar un buen ambiente de trabajo y unas dinámicas que se aparten del mal rollo permanente.
Una excelente oportunidad para cultivar el employer branding
La incorporación al equipo de un Chief Happiness Officer puede convertirse en una oportunidad estupenda para consolidar o poner en marcha la estrategia de employer branding de una empresa. Conseguir que los empleados se sientan valorados y respetados como profesionales y personas, escuchar a los empleados, valorar lo que hacen todos los días, ofrecer espacio para la formación y el crecimiento y fomentar la conciliación son solo algunas de las acciones que un Chief Happiness Officer puede poner en marcha para cultivar el employer branding. No hay que perder de vista que los empleados pueden convertirse en los mejores embajadores de la marca. Y esto puede resultar útil tanto a la hora de retener talento como de reclutarlo de cero.
Los empleados se sentirán siempre escuchados
El día a día de la mayoría empresas obliga a estar apagando fuegos constantemente y da poco espacio para la reflexión y el intercambio de impresiones. De ahí que muchas veces los empleados guarden sus problemas y conflictos en un cajón y que estos queden congelados, durante semanas e incluso meses, sin que nadie haga nada para solucionarlos.
Mientras tanto, el malestar y la percepción de que nadie escucha van haciendo la bola de nieve cada vez más grande. Contar con un Chief Happiness Officer puede ayudarnos a dar espacio y tiempo para una conversación y un intercambio de impresiones más regular en el tiempo. Para ello, este profesional debe fomentar dinámicas que ayuden a los empleados a expresar sus inquietudes: que sepan que hay alguien junto a ellos, preocupado por su bienestar personal y profesional.
Aumentará la productividad
Hay estudios que afirman que los empleados felices pueden llegar a aumentar su productividad hasta un 120% y a rendir entre un 60% y un 80% más en sus puestos de trabajo. La implantación de estrategias de la mano de un Chief Happines Officer debe incrementar la felicidad de los empleados, fomentar su sentimiento de pertenencia a la organización y repercutir positivamente, tanto en la empresa como en los equipos de trabajo. Facilitar la conciliación, apoyar el crecimiento y confiar en sus capacidades dará a los empleados todo el poder que necesitan para aumentar su nivel de satisfacción y sentirse más felices haciendo lo que hacen, en la empresa en que lo hacen.
Chief Happiness Officers que lo están haciendo bien
Muchas empresas ya están notando los efectos de haber contratado a un Director de Felicidad. Lidia Nicolau es la People, Happiness & Culture Director de habitissimo. Es licenciada en Psicología y tiene un blog llamado Trabajar La Felicidad, en el que da consejos y cuenta la experiencia de cómo es gestionar la felicidad de 235 personas, el número de empleados que tiene habitissimo.
Para Nicolau, hay cuatro cuestiones que no deben perderse de vista: el liderazgo, el trabajo en equipo, el cuidado de las personas y la cultura corporativa. Con sus prácticas han conseguido, entre otras cosas, reducir el nivel de rotación de personal hasta un 4%, minimizar el absentismo y el estrés laboral.
Paloma Fuentes es la directora del Área de la Felicidad de Mahou San Miguel. En esta trabajan con los empleados en base a los avances de la neurociencia. Puede parecer complejo de describir, pero su propósito es el de conseguir un estado mental idóneo entre los empleados, que les permita estar sanos, ser productivos y tomar las decisiones más acertadas. José Antonio Gallego se ocupa de la felicidad en sngular. Desde allí siguen el ejemplo de grandes gigantes como Netflix, Twitter o Facebook, empresas en las que hay equipos de personas trabajando para cuantificar la felicidad de sus empleados. Para su empresa, esta es la mejor fórmula para retener el talento en los tiempos que corren.