Retener y reclutar talento es uno de los mayores retos a los que se enfrentan las empresas de hoy. Aprender a reconocerlo y conseguir que se quede en la organización durante mucho – mucho – tiempo es complejo. Y aunque no existe una fórmula mágica para ello, hay unas cuantas cosas que puedes hacer como organización para localizar a los mejores y conseguir que se queden en la empresa para seguir aportando cosas buenas al conjunto.¿Has pensado seriamente en cómo redactas una oferta de trabajo?
Y es que para retener a los mejores hace falta haberlos reclutado antes.
Y una de las claves, entre muchas de las que existen, es redactar una buena oferta de trabajo. Aunque pueda parecer un mero trámite, una oferta de trabajo te ofrece la oportunidad de atrapar al candidato ideal. De hacer que, para él, inscribirse en la oferta sea una tentación irresistible y que para ti, se convierta en la oportunidad de encontrar al mejor candidato para el puesto.
1. ¿Qué es exactamente lo que buscas?
Antes de ponerte a redactar la oferta de trabajo y las necesidades de la vacante, lo más recomendable es hacer un listado de todas aquellas características y cualidades que bajo tu criterio son imprescindibles para ocupar ese puesto.
Además, es importante que configures distintos apartados sobre estudios, experiencia mínima, conocimientos y otras cuestiones imprescindibles, como por ejemplo, disponer de coche propio, residir en la provincia de trabajo o tener disponibilidad para viajar.
Una vez tengas claro qué es lo que necesitas, podrás ponerte manos a la obra con la redacción. Pero no olvides ese trabajo previo: de este dependerá que al final puedas crear una oferta de empleo de éxito.
2. Piensa en un buen título para la oferta de trabajo
No es una cuestión baladí: todo lo contrario. El título de la vacante o el puesto de trabajo es lo primero que leerán tus candidatos antes de inscribirse en la oferta.
Un buen título tiene que describir justamente aquello en lo que consiste el puesto de trabajo. Asegúrate de usar las palabras idóneas e intenta definir con exactitud las atribuciones de la vacante sin exagerar, pero tampoco sin quedarte corto. Aprovecha esta primera ocasión para seducir a los mejores candidatos y conseguir que sigan interesados en la oferta de trabajo.
Evita usar términos ambiguos y apuesta por las palabras clave, porque esto te ayudará a posicionar la oferta de trabajo en los buscadores. También te recomendamos ser específico en los términos, para llegar a los perfiles profesionales que necesitas. Porque no es lo mismo buscar un ‘Desarrollador Web’ que un ‘Desarrollador Web Java’ o un ‘Comercial’ que un ‘Comercial de Seguros de Salud’.
Es importante, además, que evites los títulos en formato pregunta. Como por ejemplo, ¿Te gustaría trabajar en una profesión emergente? Ya tendrás tiempo de redactar un texto interesante en el cuerpo de la oferta. Reserva tu energía para después.
3. Manos a la obra: la redacción
Si publicas tu oferta en un portal de empleo, lo más lógico es que debas ceñirte a unos apartados determinados. En este sentido, es muy probable que tengas que rellenar un formulario con información básica sobre la oferta, como el nombre de la empresa, la ciudad, el tipo de oferta (media jornada, jornada completa…), el salario, los estudios requeridos, la experiencia o las habilidades imprescindibles. Son los datos más importantes: aquellos que el candidato cotejará antes de tomar cualquier decisión.
Sin embargo, es muy probable que tengas espacio para redactar libremente la descripción de la oferta de trabajo. Es importante que sepas aprovechar esto para redactar una pequeña introducción, en la que describas las características del puesto de trabajo y resumas, de una manera hábil, qué es lo que estás buscando.
Además, te recomendamos tener especialmente en cuenta lo siguiente:
- Crea un texto coherente y bien redactado, sin faltas de ortografía ni erratas.
- Trata de incluir aquí las funciones del puesto, las ventajas que ofreces como empresa y todas esas aptitudes y habilidades que son imprescindibles.
- Usa palabras clave para el puesto para conseguir un buen posicionamiento.
- Evita redundancias o siglas que no aporten nada.
- Elimina términos discriminatorios por sexo, edad o cualquier otra característica personal. La legislación vigente es muy clara en este sentido, puesto que se prohíben expresamente la discriminación directa o indirecta en las condiciones de acceso al empleo. Existe, de hecho, una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea de 21 de mayo de 1985, C-248/83 en la que se exige la publicación y difusión de ofertas de empleo de carácter neutro.
- Añade información sobre la empresa que consideres relevante, además de contenidos que puedan aportar valor (vídeos corporativos, links útiles, apariciones en prensa…).
Recuerda que existe una ley (R.D.L.G. 5/2000) por la que son consideradas infracciones en materia de empleo la publicidad de ofertas de empleo que no respondan a las condiciones reales del puesto ofertado o que contengan condiciones contrarias a la normativa.
En los procesos de selección tampoco se pueden solicitar datos de carácter personal. Es esta misma ley la que prohíbe establecer condiciones – a través de la publicidad en las ofertas de empleo – que constituyan discriminaciones por motivos de sexo, origen (racial o étnico), edad, estado civil, discapacidad, religión (o convicciones), opinión política, orientación sexual, afiliación sindical, condición social y lengua dentro del Estado.
4. Ese ingrediente mágico…
Que no se te olvide. ¿Cuál es esa característica especial, esa cosa que sirve para hacer clic, y que solo está presente en algunos candidatos? ¿Qué es exactamente aquello que hace que una persona sea la idónea para entrar a formar parte de tu empresa?
¿Quizá la empatía? ¿Puede que sea su capacidad para escuchar a los demás? ¿Y si fuera, en realidad, su enorme habilidad para trabajar en equipo? Sea cual sea ese ingrediente mágico, añádelo a la descripción. Si es importante para ti, puede que esta sea una manera fantástica de encontrar justamente a aquellos candidatos que buscas a través de la oferta de trabajo, más allá de su formación o habilidades técnicas. Luego, en la entrevista, tendrás ocasión de verificarlo.
5. ¿Es el talento? ¡Aquí, dígame!
Reclutar talento no es tarea fácil. Para encontrarlo hay que desplegar una serie de estrategias. El employer branding es algo que muchas empresas ya han empezado a desarrollar y que consiste, básicamente, en crear una buena marca empleadora. Esto también debe hacerse notar en la oferta de trabajo.
Todo lo que haces para conseguir que el talento haga de tu empresa su residencia permanente debe darse a conocer. Hablamos de las posibilidades de crecimiento reales, de formación continuada, de ventajas y beneficios, de conciliación y de todas aquellas iniciativas que sirvan para hacer felices a tus empleados.
Ya sabes que todo esto repercute directamente en la productividad de la empresa. Así que es importante transmitirlo a través de la oferta de trabajo. Aunque ya sabes que no basta con contarlo. Esto debe hacerse notar entre los empleados, para que de este modo puedan contárselo directamente a todos aquellos que estén pensando en inscribirse en tu oferta de trabajo. Un estudio de InfoJobs desvela que el 81% de los empleados indagan sobre la reputación de la empresa antes de inscribirse en una oferta de trabajo o de acudir a la entrevista.
Hay herramientas, como por ejemplo Glassdoor (muy usada en Estados Unidos), que los candidatos usan para consultar la reputación de las empresas. Luego hay rankings, como por ejemplo el de Great Places To Work, con el que resulta muy sencillo ver cuáles son las mejores empresas para trabajar en distintos países.
Y vosotros, ¿estáis trabajando ya en esta dirección? En vuestras manos está hacer que lo que contáis en vuestras ofertas de trabajo sea tan real como lo que hacéis.